El matrimonio igualitario cumple hoy 20 años en España, con más de 75.000 uniones desde entonces

Hoy se cumplen 20 años de la entrada en vigor en España del matrimonio igualitario. El 30 de junio de 2005 se aprobó la unión civil entre personas del mismo sexo, que supuso un hito en materia de derechos para la población LGTBIQ+. Con esta medida, nuestro país se colocó entre los países que más derechos ha reconocido a la diversidad sexual.

A dos décadas de este gran reconocimiento de derechos, tenemos que recordar que se trata de una conquista de las personas LGTBIQ+ obtenida a través del activismo y la lucha por sus derechos.

Hasta 2023, últimos datos considerados por el Instituto Nacional de Estadística, se han celebrado 75.561 matrimonios entre personas del mismo sexo. De ellos, algo menos de la mitad, 35.164, fueron entre mujeres, representando el 46,54 %; mientras que el 53,46 %; es decir, 40.397 matrimonios fueron entre hombres.

El año en el que más matrimonios entre personas del mismo sexo se han llevado a cabo fue precisamente 2023, con un total 6.772. En este caso, la estadística gira ligeramente: 3.607, el 53,26 % del total, fueron entre mujeres y 3.165, entre hombres, un 46,74 %. Como podemos apreciar en el último año registrado, los matrimonios entre mujeres son los más recurrentes, tendencia que se ha mantenido desde 2018.

Más derechos civiles

El matrimonio igualitario no solo se trata de la visibilización de las uniones entre personas del mismo sexo, sino también del reconocimiento pleno de derechos surgidos a partir del matrimonio. Así, se reconocen derechos patrimoniales, de parentesco y, en su caso, filiación y patria potestad.

El día de hoy, podemos celebrar 20 años de este derecho y, junto con esta celebración, también debemos reivindicar que, en materia de derechos humanos, no debe haber regresión. Ante una agenda política de calado internacional, alzamos la voz y llamamos a la acción para no perder ninguna conquista. Hoy existen posturas que impulsan el odio hacia la comunidad LGTBIQ+ y pretenden materializar una regresión en materia de derechos. Por ello, debemos unir fuerzas y seguir trabajando por un reconocimiento progresivo de derechos para todas las personas y, en particular hoy, de las personas LGTBIQ+.

Hablar de derechos LGTBIQ+ es hablar de discriminación histórica y sistemática. Los conquistados a día de hoy no son producto de un capricho o del marketing: se trata de atender a deudas históricas y de reconocer que todas las personas somos iguales en dignidad y derechos. Por todo esto, nadie debe ser objeto de represión ni de discursos y delitos de odio. No debemos permitir que la intolerancia les pretenda volver a negar derechos plenos ni a encerrarlos en el armario.

USO, con los derechos LGTBIQ+

USO seguirá trabajando por el robustecimiento de los derechos de las personas LGTBIQ+. Para ello, necesitamos el reconocimiento pleno de la existencia de familias diversas. El modelo de familia tradicional deja fuera a muchas familias, por lo que necesitamos que, legalmente, se garanticen los derechos de todos los núcleos familiares.

Además, tenemos que eliminar de la normativa y su implantación en general sesgos ideológicos, estereotipos y estigmas en contra de la diversidad sexual y todos aquellos motivados por la orientación sexual, identidad y/o expresión de género. En USO, consideramos indispensable trabajar con las personas responsables de aplicar las leyes a fin de que las instituciones públicas sean las primeras garantes de los derechos de la comunidad LGTBIQ+.

Finalmente, recordar que no podemos dejar todo en manos de la legislación y de las instituciones públicas. Contar con espacios libres de violencia y discriminación contra la población LGTBIQ+ es una responsabilidad social. Todas las personas la tenemos y podemos convertirnos en agentes de cambio para generar espacios inclusivos y no tolerar ningún tipo de agresión ni discriminación contra ninguna persona por pertenecer a la diversidad sexual.

Por eso, debemos recordar que cualquier tipo de intolerancia y violencia es contrario a los principios democráticos y al enfoque de derechos humanos que debemos tener presentes, tanto en el plano individual como colectivo.

Los derechos humanos no se negocian ni se niegan. Recuerda que cualquier discurso que busca excluir derechos para cualquier grupo de población atenta contra nuestro valor como sociedad y ataca nuestros principios democráticos.